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Chueca, entre el desconcierto y la decepción: "Se ha burlado de nosotros"

Chueca, entre el desconcierto y la decepción: "Se ha burlado de nosotros"

"Aunque este chico haya mentido no hay que pensar que no existen agresiones contra nuestro colectivo. Puede pasar que si el día de mañana me sucede a mí haya gente que no se lo crea". A Romel, quien trabaja en la peluquería Love Chueca, la noticia de la falsa denuncia homófoba que ha sacudido a la opinión pública estos días le ha pillado con el pie cambiado. Y no ha sido al único.

En la mañana de ayer Chueca amaneció despistada. Horas antes, en la tarde de este miércoles, el joven supuestamente atacado en Malasaña por ocho encapuchados confesaba haberse inventado tal agresión, consintiendo que le tatuaran la palabra "maricón" en el glúteo. "Siempre ando por este barrio y nunca vi agresión de ningún tipo. A raíz de esta noticia sí llegué a sentir miedo de salir a la calle, pero ahora...", desliza un confundido Romel.

En este céntrico barrio se teme que este suceso desemboque en algo parecido a la fábula de Pedro y el lobo. "Creo que nos ha hecho un flaco favor... Todos nos asustamos mucho cuando escuchamos la noticia, pero ahora resulta que se ha aprovechado de nuestro colectivo. En un país que es tanto de generalizar... no nos deja en buen lugar", apunta Héctor mientras espera apoyado en la barandilla del metro de Chueca.

A su alrededor y en las vías colindantes símbolos LGBT decoran algunos balcones. Hay incluso banderas que llevan escritos mensajes como "A Samuel lo mataron por maricón", en señal de protesta por hechos acontecidos en los últimos meses. De ahí el temor a que este suceso empañe agresiones reales.

"Todo era muy extraño"

"Lo primero que pensé fue que esta mentira afectaría a nuestro colectivo. Lo segundo, que era un crío de 20 años que se vio atrapado en un engaño y no supo cómo salir... Tal vez habría consumido algo, contar semejante historia para que tu novio no se entere...", arguye Juan, dependiente en SR, una tienda que comercializa desde látigos y fustas hasta juguetes fetichistas para no aburrirse en la alcoba.

A sus 55 años ha visto muchas cosas. En más de una ocasión por estas céntricas calles le han llamado "maricón y cosas similares", aunque siempre ha pasado ("se insultan a ellos mismos"). Pero de ahí a una agresión tan "de película" como la que inventó el citado joven hay un trecho: "Todo era muy extraño, antes de que dijeran nada ya me imaginé que era mentira. No había imágenes de ocho tíos vestidos de negro y encapuchados en Malasaña... un domingo a las cinco de la tarde. Ni rastro tampoco de la señora que había golpeado un cristal para que dejaran de pegarle... Si esa mujer era tan valiente para enfrentarse a ellos habría testificado ante la Policía. No existían indicios".

A Juan le da por evocar tiempos pasados de su juventud, acordándose de cuando "los Guerrilleros de Cristo Rey grababan a los homosexuales, con un cuchillo, una esvástica en la frente". "No te ponían 'maricón' con un cúter en el culo, que para escribir siete letras hay que tener paciencia...", cuenta este dependiente, para quien este caso "ha interesado a algunos partidos políticos para atacarse entre ellos": "Se ha dejado de hablar del precio de la luz, del problema con el Tribunal de Justicia... Por no mencionar a Marlaska. Si la Policía estaba dudando, él tenía que saber que existían esas sospechas... Hicieron hablar al chaval muchas veces porque estaba cayendo en un montón de contradicciones. El ministro se tenía que haber callado hasta ver qué pasaba con la investigación".

La mayoría de los residentes y comerciantes consultados por este diario coinciden en que en Chueca nunca han tenido ningún incidente. "Otra cosa es fuera del barrio, en la calle Fuencarral por ejemplo, donde a veces me han intentado tirar hasta bolsas de basura. No les tengo miedo, pero en esa zona sí es muy habitual por las noches escuchar gritos de 'maricón' de forma agresiva", explica Brandon, venezolano quien, junto a su novio, regenta la tienda de ropa interior (y mucho cuero) Ixion. Y concluye: "Cuando me enteré me sentí molesto, prácticamente se burló de nuestro colectivo. Ha jugado con nuestra credibilidad".


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