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Cómo la alimentación puede aumentar el deseo sexual, pero no con afrodisíacos

Cómo la alimentación puede aumentar el deseo sexual, pero no con afrodisíacos

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Ni la canela, ni las ostras, ni el picante, ni las fresas, ni el chocolate… Ninguno de estos alimentos va a hacer por sí solo que aumente tu deseo sexual. Estos son algunos de los ejemplos más populares a los que se les atribuyen efectos afrodisíacos, pero la realidad es que no existe ninguna prueba científica que demuestre su relación directa con la estimulación sexual. Como explica la sexóloga Lisbeth Meré, "en todo caso, los llamados afrodisíacos más que estimulantes tienen un efecto placebo y sugestivo, ya que conscientemente pensamos que van a tener un efecto positivo sobre nuestra libido y como el cerebro es nuestro mayor afrodisíaco, nos acercamos al momento sugestionados y proclives a la estimulación”.

Sin embargo, sí está demostrado que la alimentación está relacionada con la salud sexual y los niveles de deseo. Una dieta y unos hábitos saludables influyen positivamente en todos los aspectos de nuestra vida, y en el sexual también, como explica Meré.

“Comer sano y variado, evitando alimentos ultraprocesados en exceso, hará que te sientas bien, por lo que estarás más dispuesto a mantener un encuentro sexual y tu deseo sexual estará más a punto. Sin embargo, la alimentación no cura en sí misma, es una parte de todo el entramado de factores que influyen en nuestra salud sexual”, añade.

Cómo la alimentación puede aumentar el deseo sexual, pero no con afrodisíacos

Meré, que coordina el Programa Alimentación y Libido junto a la nutricionista Carolina Briceño, recomienda algunos tipos de alimentos:

Meré subraya que cualquier suplemento externo de testosterona puede tener el efecto contrario al deseado, es decir, “afectar de forma negativa la función sexual, como en el caso de los culturistas que se someten a ciclos de anabolizantes”. “También hay que tener mucho cuidado con aquellos productos que se comercializan como potenciadores del deseo porque no solo son caros, sino que no tienen ningún efecto en nuestra respuesta sexual o incluso pueden producir efectos adversos”, añade.

Haz ejercicio y tu libido aumentará

Además de la alimentación, la salud sexual y el deseo están determinados por factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, la autoestima, la valoración que tenemos de nuestro cuerpo. “Todo esto también condiciona nuestra respuesta de excitación”, apunta la sexóloga. “Cuando tenemos altos niveles de estrés, liberamos cortisol que, a su vez, inhibe la producción de adrenalina (responsable de la excitación corporal) y promueve el aumento de la prolactina que, en niveles elevados, inhibe el deseo”, explica.

Por el contrario, el deporte hace que nuestro cerebro libere endorfinas, hormonas que producen sensación de bienestar y disminuyen los niveles de estrés. “Con el ejercicio estimulamos la producción de testosterona, hormona implicada en el deseo sexual, aumentamos el ritmo cardíaco y la circulación sanguínea, disminuimos los niveles de grasa corporal, mejorando la irrigación de sangre a la zona pélvica y genital”, explica Meré.

Las prácticas de meditación también son positivas porque nos ayudan a estar de forma consciente en el momento presente, como apunta la sexóloga. “Tomarse un momento de concentración y atención plena para atender nuestro cuerpo y nuestro placer nos lleva a percibir de forma más consciente los estímulos y las sensaciones. Esto implica también un trabajo de respiración controlada, que promueve la oxigenación de nuestras células y de las terminaciones nerviosas de los genitales”, concluye.

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