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Contradicciones en la cruz cristiana y disonancia cognitiva

Contradicciones en la cruz cristiana y disonancia cognitiva

Hay ideas que, aunque sean contradictorias, podemos manejarlas mentalmente de diferentes formas para reducir el conflicto y crear armonía. A este fenómeno de tener ideas inconsistentes entre sí y a lidiar con ellas se le llama disonancia cognitiva, y puede presentarse, por ejemplo, cuando las personas encuentran contradicción entre sus creencias religiosas y otras ideas. Si usted es creyente religioso y continúa leyendo este artículo, probablemente va a experimentar disonancia cognitiva, porque aquí se habla de tres contradicciones presentes en la idea cristiana de la crucifixión de Jesús.

Si se le pregunta a la gente si estaría de acuerdo con castigar y matar a un inocente para perdonar a culpables, probablemente la mayoría diría que no lo comparte. Posiblemente, alegarían que hacerlo sería claramente injusto y tendrían toda la razón. Pero el núcleo central del cristianismo se basa exactamente en esto: castigar y matar a un inocente (Jesús) para perdonar a los pecadores. Es decir, aunque la mayoría dirían no apoyar esta injusticia, de hecho la apoyan y se arrodillan ante ella y le rinden alabanza. Si eres cristiano, tienes que apoyar que el inocente (Jesús) pague por los culpables (pecadores), pese a que sabes que no es justo, por la misma razón que no te gustaría que te castiguen por faltas que no cometiste.

Aunque hay algo aún más asombroso que lo anterior. Según el propio cristianismo, siguen existiendo el juicio final y el infierno. Es decir, el mensaje cristiano es: Cristo murió por el perdón de tus pecados, pero no estás perdonado, puesto que irás a juicio y podrías ir al infierno. Si realmente estuvieras perdonado, no habría juicio ni amenaza de infierno. Es como que alguien te dijera que ya pagó tu cuenta, pero cuando vas a salir te piden que pagues la cuenta, y si no lo haces te amenazan con castigarte severamente. El cristianismo hace lo mismo: afirma haber pagado tus deudas, pero en realidad no lo ha hecho, puesto que tendrás que rendir cuentas por ellas. Por inverosímil que suene, el cristianismo te dice: estás perdonando, pero no estás perdonado.

Contradicciones en la cruz cristiana y disonancia cognitiva

Pero hay todavía más contradicción. Según el relato bíblico, Jesús entregó su vida, pero rápidamente la recuperó. Es decir, no perdió nada, por lo tanto no entregó nada. Creo que el relato cristiano se inventó lo de resucitar unos días después, para que no se viera muy fácil ni inmediato. ¿Te imaginas si hubiera resucitado tan pronto lo bajan de la cruz? Hubiera sido una situación bastante difícil de resolver para el narrador, pero da lo mismo para el punto aquí: no murió puesto que resucitó, es decir, no perdió la vida puesto que la recuperó. Si perdiste las llaves de tu casa y las encuentras, entonces ya no dirás que están perdidas. Siguiendo el relato cristiano, la vida de Jesús no está perdida, entonces no la sacrificó. Nadie sacrifica algo que no perdió.

En síntesis, la cruz cristiana conlleva al menos tres contradicciones severas: 1) es una injusticia, 2) miente sobre lo que promete, 3) miente sobre lo que alega entregar.

¿Quiere decir lo anterior que el cristianismo le toma el pelo a sus creyentes? Si te creíste el cuento de la cruz, de hecho te están tomando el pelo y por triplicado. La próxima vez que hagas el signo de la cruz entre tu frente, pecho y hombros, te invito a reflexionar sobre estas tres contradicciones. Si me equivoco, corrígeme. Si no me equivoco, préstame atención.

¿Cómo lidiar con estas disonancias? Según la teoría de la disonancia cognitiva hay varias posibilidades para reducir las inconsistencias: 1) modificar cogniciones,2) trivializar cogniciones, 3) añadir cogniciones, o 4) negar las cogniciones. Veamos ejemplos de cada caso. Modificarlas podría ser decir que se cree en un Cristo personal con características propias y no en lo que dice la Biblia. Trivializar sería decir que estas contradicciones no son importantes porque no somos nadie para entender ni juzgar las acciones de Dios. Añadir cogniciones sería decir que usted sabe en su corazón que va a ir al paraíso, por lo que esta creencia es más importante que las demás. Negar cogniciones sería decir que, sin importar las contradicciones, su Dios está por encima de todas ellas y lo que corresponde es solo tener fe y nunca cuestionar. ¿Usará usted alguna de estas estrategias?

(*) Pablo Chaverri, académico

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