Esta casta descastada, mansa y pregonada, resabiada de la vista y con querencia a toriles, que no merece llamarse española pero que representa muy bien esa continua limpieza de corrales, lidia de saldos y procesión de cornigachos, bizcos y escobillados en el ruedo político, ha producido tras el asesinato de Orlando Zapata en Cuba una birrionota que autoriza cualquier fantasía higiénica si no fuera a ensuciar lo que limpiase, antes incluso de tocarlo.
Cuatro parrafejos, cuatro mojoncillos, cuatro flatulentas naderías componen este monumento al deshonor gramatical, la prosa rufianesca y la cobardía politiquera. Helo aquí:
Vayamos por partes, mojoncillos o parrafejos. En el primero no se proclama, quiá, que los supuestos representantes de la soberanía nacional española se sientan indignados por el vil asesinato, tras torturas salvajes y abandono criminal, de un preso político cubano. Lo que se dice es que la noticia de la muerte de un preso de conciencia difundida por los medios de comunicación españoles ha consternado a las fuerzas políticas y a la sociedad que mantiene relación estrechísima con la sociedad cubana. Hemos oído al matasanos habanero y comunista Llamazares explicar que a los que molesta esta noticia –no el hecho criminal sino que se cuente–, es a los amigos del régimen castrista. Pues el Congreso es todo Llamazares, molesto por esta noticia que dificulta el trato con los asesinos e impide la marginación total de los que se juegan la vida luchando contra ellos.
En el segundo párrafo, la vileza de la pandilla parlamentaria alcanza lo artístico. ¿Cómo se atreve a decir el PSOE que se conduele y preocupa por los presos de conciencia en la isla-prisión de Cuba si es el representante del régimen asesino de los Hermanos Castro en Europa, si se niega a recibir a los disidentes en la embajada española, si proclama –Moratinos el 22 de Diciembre– que las reformas en Cuba van por buen camino, si Zapatero, su jefe, no ha tenido ni una palabra de condena para el régimen comunista más antiguo del mundo y el más asesino de Iberoamérica? ¿Qué ha hecho la harka progre, con el sociata y castrista Miguel Ángel Martínez a la cabeza, más que defender a la dictadura de los Castro? ¿Alguien puede citar una docena de dirigentes socialistas españoles que se distingan por su apoyo a la lucha de los disidentes del régimen? ¿Media docena? Ni eso.
El tercer párrafo bate todas las marcas de la ignominia intelectual. Para no hablar de Cuba como régimen criminal empiezan condenando en general a todos lo que hagan algo malo contra las libertades políticas. ¡Por eso creamos la Alianza de Civilizaciones! Y se aplauden a sí mismos por las "actuaciones de todas las instancias políticas" a favor de los presos de conciencia cubanos. ¡Miserables! ¿Cuándo han apoyado los comunistas a los presos políticos cubanos? ¿Cuándo los partidos de extrema izquierda aliados al PSOE? ¿Cuándo el PSOE? ¿Cuándo ha sido severo y no servil Moratinos con los Castro? ¿Y por qué firma esta basura el PP? ¿Por Fraga y demás amigachos de la dictadura habanera? ¿A qué está jugando Rajoy?
El cuarto párrafo puede servir como emético si algo ha sentado mal al estómago, porque es una trola vomitiva. España, o, más exactamente, su descastada casta política, no apoya la libertad de Cuba sino la libertad de acción de los asesinos que hace más de cincuenta años convirtieron la isla en campo de concentración y paredón interminable. Véanse en los Horrores Monumentales los erigidos al asesino Che Guevara, símbolo del asesinato como política básica del socialismo real, es decir, del comunismo. Ese es el apoyo de los políticos dizque españoles a la causa de la libertad en Cuba.
Zapatero no ha dicho una palabra contra los Castro en su última perorata autocomplaciente, esta vez sobre la pena de muerte. ¿Por qué no se va a predicar a La Habana? Ni el Rey ni los Príncipes fueron a Honduras a la toma de posesión del nuevo y legítimo Gobierno, enemigo de los Castro, Chávez y demás gorilas. Pero a Castro no le fallan en las cenagosas cumbres iberoamericanas. Aún recordamos a Juan Carlos y Fidel abrazados y achispados brindando en Oporto. ¿Por qué brindaban? ¿Por los Orlandos Zapata asesinados en la Isla-Cárcel? ¿Dirá algo el Rey contra los asesinatos castristas, o dirá lo de siempre, o sea, nada? ¡Qué pena ser cubano, pese a la gloria de sus mártires! ¡Qué triste ser español, representado por esta piara!