El paradero de Gabriel García Gurrea sigue siendo incierto a más de tres meses de su desaparición y encontrarlo es el objetivo primordial de la Fiscalía 20 de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, especializada en la búsqueda de personas. “Prácticamente, ya damos por descartado que se ausentó por su cuenta”, comentó una fuente judicial al diario Clarín.
La afirmación se sustenta, más que en la inexistencia de algún indicio sobre los movimientos del hombre luego que denunciaran su ausencia, en las sospechas que se siguen sumando sobre la pareja y el entorno.
A las contradicciones en el testimonio de Pamela Antúnez (52), los investigadores agregaron este miércoles dos resultados periciales, producto del trabajo de la Dirección de Casos Especiales de la Policía bonaerense.
Con el uso de luminol, hallaron manchas de sangre en un par de los cuatro vehículos secuestrados la semana pasada. Uno, un Citroën C4, pertenece a una hija que Antúnez tuvo con una pareja anterior. “Se halló una importante presencia hemática en el baúl y que llega hasta la rueda de auxilio”, describió un vocero sobre la pericia realizada por Policía Científica.
Según los investigadores, el Citroën habría sido utilizado por Antúnez horas después de la desaparición de García Gurrea, quien tenía 45 años cuando fue visto por última vez. Antes, ambos habían discutido en el departamento que ella tiene en el primer piso de General Paz 82, en el macrocentro de Bahía Blanca y donde convivían.
De ese lugar, después de la pelea, el hombre se llevó algo de ropa, dejó su teléfono móvil y no volvió más. Tampoco retornó a la verdulería de Punta Alta donde trabajaba. Sus compañeros le avisaron a Antúnez, que realizó la denuncia por la desaparición el 20 de mayo.
El restante resultado positivo para la presencia de sangre se dio en la parrilla de una camioneta Toyota Hilux, secuestrada de la cochera del edificio de General Paz. Pertenece a Marcelo Campetella, que vive en el segundo piso de ese edificio. Otros dos vehículos suyos fueron inspeccionados, pero no se halló ningún rastro de interés para la causa.
Para los investigadores y la familia de García Gurrea, Campetella es amante de Antúnez y de hecho ambos estaban juntos el jueves pasado cuando la Policía de la Dirección Departamental de Investigaciones allanó el departamento del primer piso. El hombre se opuso al procedimiento y fue demorado por algunas horas en la sede de la DDI bahiense, por resistencia y atentado a la autoridad.
Falso testimonio
Antúnez y Campetella enfrentaban ya un proceso por falso testimonio, luego que la Justicia hallara incongruencias entre sus declaraciones y los movimientos de sus vehículos y teléfonos móviles, de los días posteriores a la desaparición de García Gurrea. Tras ser detenidos en julio pasado, se negaron a declarar y fueron liberados.
De acuerdo a fuentes de la fiscalía 20, llevará de 10 a 15 días determinar si la sangre detectada con el luminol en ambos vehículos es de origen humano o animal. Un par de hallazgos similares, aunque de menor cuantía, ocurrieron la semana pasada, también con el químico que, en la oscuridad, logra rescatar la presencia, incluso añeja, de rastros hemáticos.
Una menor presencia de sangre, de origen aún incierto, fue detectada en un auto del padre de la hija de Antúnez y también en un campo que Campetella posee en la zona de Chasicó, a 40 kilómetros de Bahía Blanca. Allí, el mes pasado, se realizaron varias jornadas de rastrillaje, con perros especializados, que no arrojaron ningún resultado.
Aquellos operativos siguieron a una serie de barridos realizados sin éxito en distintos puntos de la ciudad. Luego, la fiscalía sumó a la causa a la Dirección de Análisis de las Investigaciones de las Comunicaciones (Daic) de la provincia.
Por pedido del fiscal Rodolfo De Lucía, está abocada al estudio del cruce de llamadas telefónicas. Al primer análisis de los contactos por esa vía entre Antúnez y Campetella, que determinaron la apertura de la causa por falso testimonio, se sumó una segunda tanda de estudio.
Es que tras el allanamiento del pasado jueves a los departamentos de ambos, se sumaron más teléfonos secuestrados. También los investigadores se llevaron aparatos de la casa de la hija de Antúnez y de su padre, anterior pareja de la mujer sospechada.
