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Hemorroides: qué son, causas, síntomas y tratamiento

Hemorroides: qué son, causas, síntomas y tratamiento

Sentarse, ir al baño, no poder utilizar ropa más ajustada… son algunas de las limitaciones que viven en su vida diaria quienes sufren de hemorroides. También conocidas popularmente como almorranas, son inflamaciones muy molestas que se ubican y desarrollan en la zona anal. Se trata de un problema mucho más frecuente de lo que las personas reconocen y piensan. La mitad de la población habría padecido o está en tratamiento por ellas. En muchos casos requieren como única vía de solución la cirugía. Pero, ¿qué son las almorranas? ¿Qué causa la aparición de las hemorroides?

La diversidad de tipología, evidencia y consecuencias las han convertido en una de las “bestias” negras de la población: pueden aparecer visibles (en el borde exterior del ano), o estar por dentro del ano (aparecen entre 2 y 4 cm por encima de la apertura del ano). Su diagnóstico, en la mayoría de los casos, solo requiere de una auscultación.

¿Qué son las hemorroides?

Las hemorroides o almorranas son venas del canal anal que se inflaman y dilatan. En este proceso, forman una especie de válvulas en la zona de los esfínteres anales que permanecen cerrados en momentos puntuales en los que la zona sufre una gran presión. Contienen tanto vasos sanguíneos como tejidos y fibras.

Cuando la sangre de estos vasos se coagula, adquiere su aspecto azulado y se hincha, provocando dolor ante cualquier roce. Las almorranas solo sangran en el momento en que este nódulo de vasos sanguíneos y fibras rompe.

Su tamaño y ubicación puede variar de una persona a otra, y se clasifican en tipos según la etapa de desarrollo en la que se encuentra:

• El grado uno implica que las hemorroides no sobresalen

Hemorroides: qué son, causas, síntomas y tratamiento

• El grado dos, que las almorranas desaparecen ellas solas

• El grado tres, por las que las hemorroides se reintroducen manualmente

• Grado cuatro, las que son permanentes.

En términos generales, pues habría que estudiar cada caso, las hemorroides de grados uno y dos se tratan con soluciones tópicas, mientras que las grado tres y cuatro requerirán de cirugía.

Causas

¿Por qué aparecen las hemorroides? ¿Qué hace que una persona sufra de almorranas? Las causas de esta molesta y dolorosa patología son múltiples. Se ha llegado a relacionar con insuficiencias cardíacas, con problemas de estreñimiento, y todo lo contrario, con diarreas crónicas e incluso con elementos genéticos.

Hasta ahora, se sabe que determinados esfuerzos que involucran la zona intestinal tienen una relación causa-efecto directa. Por ejemplo, coger mucho peso o el parto, en el caso de las mujeres. También influye de forma directa el tipo de dieta que se tiene (las especias como el pimentón o los picantes, lo exacerban), o llevar una vida muy sedentaria.

Síntomas de las hemorroides

La sintomatología de las hemorroides no es grave pero sí molesta. La persona que padece de almorranas, es muy probable que sienta la presencia de un bulto duro y doloroso en la zona anal, que será visible o no según si es interno o externo. Al defecar, se percibe como si realmente el intestino no estuviera preparado, y después, pueden aparecer signos de sangre en las heces y en el ano, pudiendo llegar a ser doloroso.

Otro de los síntomas que se asocian a las hemorroides es el picor. En la mayoría de los casos, la sangre coagulada no forma infección, pero la reacción del organismo provoca la inflamación de la zona y por lo tanto, cierto picor.

No obstante, aunque se trata de una patología menor, en algunos casos se puede convertir en un problema grave cuando se produce un sangrado anal intenso, se infecta o neutraliza la acción natural de los esfínteres y aparecen síntomas de incontinencia fecal. En los casos más graves pueden dar lugar a la aparición de fístulas anales que abren un nuevo foco de infección para la zona sensible del ano.

Fases de la hemorroides

Las hemorroides pueden desarrollarse en cuatro fases, que se corresponden a los cuatro grados que hemos visto con anterioridad.

En la fase I se produce la inflamación leve de la pared del ano, ya sea interna o externa. En la siguiente fase, la almorrana ha crecido en el interior del ano. Pueden llegar a expulsarse al defecar, pero vuelven a aparecer. En la fase III de su desarrollo, nos encontramos con hemorroides prolapsadas, esto es, fuera del ano, y la persona tiene la sensación de que hay algo “colgando” desde el ano. Cuando alcanzan el nivel o fase IV tienen un gran tamaño y no pueden expulsarse voluntariamente, sino que requieren de un tratamiento.

Prevención

¿Es posible prevenir la aparición de hemorroides? Sí, incluso cuando influye la genética, determinadas pautas en el estilo de vida ayudan a retrasar su aparición y que sean más leves. Una de las primeras medidas que puedes adoptar tiene que ver con la dieta: prioriza la ingesta de líquidos y una alimentación más equilibrada, además de realizar ejercicio moderado recurrente.

Tratamiento para las hemorroides

En la mayoría de los casos, las hemorroides desaparecen por sí solas, sin la necesidad de un tratamiento específico. Ahora bien, cuando aparecen síntomas como picores o escozor recurrente existe una serie de pautas que ayudan a reducir de forma significativa el malestar que generan las almorranas.

En los casos más leves, con un ligero cambio de estilo de vida, aumentando el consumo de fibra, y tratamientos tópicos combinados con baños calientes, manteniendo limpia la zona, notará un alivio instantáneo. Cuando aparecen en forma de coágulo, se puede extraer, siempre por el facultativo, mediante una incisión que ayuda a drenarlo y aliviar esa presión.

En estas fases y grados de las hemorroides, el médico puede valorar, incluso, que el paciente tome algún medicamento como analgésicos. En ningún caso se trata de un método para curar sino para aliviar los síntomas. Ahora bien, nunca se han de utilizar durante más de 7 días consecutivos, y, por supuesto, no se deben combinar con otros tratamientos para las hemorroides.

En el caso de almorranas sangrantes, se puede cortar ese flujo mediante la aplicación de una banda elástica que corte el riego y haga que se seque, y facilite así una extracción menos dolorosa. La cirugía solo es recomendable cuando el resto de tratamientos no es efectivo o no son recomendados para la persona.

Esta información no sustituye en ningún caso al diagnóstico o prescripción por parte de un médico. Es importante acudir a un especialista cuando se presenten síntomas en caso de enfermedad y nunca automedicarse.

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